13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.(A)10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas cupiscencias. 7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés,(A) así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. 9 Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
No dudo que hay verdaderos apóstoles, pero si tú eres apóstol y practicas algunas de las características que menciona Pablo en II de Timoteo 3, entonces eres falso apóstol, en tal caso te recomiendo pedir perdón al Señor, y a la congregación y humillarte. (Antonio Bolainez)
«…Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;»
Pocas veces nos detenemos a pensar del valor incalculable que tiene la sangre de Cristo, lo que ella consiguió en la cruz del calvario solamente lo llegaremos a saber cuando estemos con el Señor. El creyente debe estar consciente que toda la Escritura, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, es un río caudaloso de sangre.
Sin duda la sangre de Jesucristo es el regalo más precioso que la Iglesia ha recibido. Sin embargo, son pocos los cristianos que entienden su valor y su virtud, y son pocos los que pueden explicar su gran gloria y beneficios. Entonces la persona debe entender que no es una formula mística de protección, sino mas bien es el único medio por el cual, el pecado del hombre puede ser redimido (Hebreos 9:22).
Para comprender mejor es necesario mencionar cuatro ejemplos:
Primero, desde el comienzo cuando Adán y Eva pecaron Dios les hizo túnicas de pieles (Génesis 3:21) para cubrir su desnudez, fue el primer derramamiento de sangre que simboliza la promesa del Redentor y establece la plataforma de lo que sería y haría Cristo en la cruz del calvario.
Segundo, después del diluvio (Génesis 8:20), Noé edifica un altar y ofrece a Jehová un sacrificio en el altar, derramando sangre del animal, ahí Dios establece un pacto y traza el camino que tomaría el Cordero.
Tercero, antes de salir Israel de Egipto, Dios manda a Moisés sacrificar un cordero por familia para celebrar la pascua. La sangre del cordero debía ser puesta en el dintel y en los dos postes de la puerta de cada casa hebrea, entonces, cuando el heridor veía la sangre en la puerta pasaba de largo, así el pueblo fue redimido por Jehová y se establece que la redención es por sangre, al mismo tiempo tipifica a Cristo como el Cordero que sería inmolado (Éxodo 12:1-28).
Cuarto, al final en el Apocalipsis, el Apóstol Juan menciona: «Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero… Apocalipsis 12:11».
Así pues, podemos encontrar muchos ejemplos donde el sacrificio y el derramamiento de sangre es símbolo de la expiación del Cordero que vendría a consumar por la humanidad. Puede entenderse entonces que toda la Biblia es un torrente de sangre poderosa que anuncia el sacrificio de Cristo en la cruz. Pues Juan el bautista lo dijo muy claro «…He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo Juan 1:29,36».
Es por eso que este artículo tiene como propósito mencionar el poder que tiene la sangre preciosa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el poder que ella posee sobre Satanás, y lo que representa para la vida del cristiano.
Mencionaremos cuatro características que tiene el poder de la sangre de Cristo:
1. La sangre de Cristo tiene poder para lavar, limpiar y quitar el pecado del hombre. (1 Juan 1:7)
El precio que Jesucristo pago en la cruz del calvario, es un precio muy alto, pues el mundo tiene una deuda (Romanos 6:23) infinita y sólo alguien infinito (Cristo) puede pagarla. Lo que la sangre de Jesucristo conquisto para nosotros y lo que significo ser comprados tiene un valor incalculable.
Había un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos y comenzando a hacer cuentas le fue presentado uno que le debía diez mil talentos, pero como no podía pagar ordenó su señor vender todo lo que tenía. Pero el siervo le rogaba tanto, que el rey fue movido a misericordia le soltó y le perdonó la deuda (Mateo 18:23-27).
Nuestro Dios es como este rey que vino hacer cuentas con sus siervos pero Él no vino a cobrar lo que cada uno de nosotros debe, sino a pagar la deuda que por causa del pecado adquirimos, pues la deuda que tenemos es como la de este siervo, impagable.
Muchas personas no saben que esa deuda ya ha sido pagada por Jesucristo, pues no han acudido al Señor para que lave sus pecados con su sangre «…Al que nos amó, y nos lavo de nuestros pecados con su sangre (Apocalipsis 1:5)», pues la sangre de Jesús nos limpia y redime del pecado y del poder de las tinieblas, «en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Efesios 1:7)».
Entonces, ¿qué debe hacer la persona ante esta realidad? Es decir, si el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario es total y suficiente para perdonar al hombre, pues la sangre preciosa que vertió y derramo en caudal no se desperdicio sino que rego la tierra, por lo tanto, tiene poder para quitar, limpiar y purificar por completo el pecado de la humanidad.
2. La sangre de Cristo tiene poder para obtener la victoria sobre Satanás, las potestades, y las huestes espirituales de maldad. (Hebreos 2:14)
La sangre de Cristo ha destruido el poder del diablo en nuestra vida. «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participo de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenia el imperio de la muerte, esto es, al diablo… (Hebreos 2:14)» No hay demonio en el infierno que pueda soportar la sangre de Jesús, Satanás mismo se somete a ella y las potestades, las huestes espirituales de maldad no resisten el poder que tiene la sangre preciosa de Cristo. «Y despojando a los principados y potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:15)».
El Señor Jesús derroto toda obra maligna sobre nuestra vida, sin embargo, el creyente debe saber que a pesar de eso nuestro enemigo siempre anda al acecho como un león que busca la oportunidad para devorar. Pero él esta vencido en la cruz del calvario, solo resta al creyente pelear la buena batalla con la armadura que Dios ha provisto, «Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firme contra las asechanzas del diablo (Efesios 6:12)».
Por lo tanto, el creyente debe confiar que la sangre de Cristo nos cubre, nos protege y obtiene la victoria sobre Satanás, «Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron la vida hasta la muerte Apocalipsis 12:11».
3. La sangre de Cristo tiene el poder para vencer la muerte y darnos vida eterna. (Hebreos 2:15)
La sangre de Cristo ha destruido el temor de la muerte, pues Él vino a librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (Hebreos 2:15). No hay ningún motivo para temer a la muerte, por que la muerte ya no es nuestro enemigo, pues ha sido destruida por Jesucristo en el madero. Esto no quiere decir, que no moriremos, pues es necesario que el hombre muera una sola vez y después de esto el juicio (Hebreos 9:27). Quiere decir, que la muerte no tiene autoridad sobre el creyente pues Cristo nos ha librado de ese temor.
Pues aún estando muertos o si este cuerpo mortal perece, hay una promesa de parte de Dios que nos levantara del sepulcro (1 Tesalonicenses 4:14-18) para no tener parte de la segunda muerte (Apocalipsis 2:11;Apocalipsis 20:6) Es por eso que el creyente debe confiar en el poder que tiene la sangre preciosa de Jesús, para vencer la muerte y darnos vida abundante.
4. La sangre de Cristo tiene poder para protegernos, justificarnos y darnos acceso a Dios (Hebreos 10:19).
La sangre de Jesús es más que un hecho teológico, con ella eres limpiado, justificado (Romanos 5:9),santificado, es el único medio que puede darte acceso al Lugar Santísimo (Hebreos 10:19). Resulta increíble imaginar toda la protección que nos da el Señor, de cuantos peligros nos ha librado sin darnos cuenta, pues es la sangre de Jesús que nos protege, nos guarda y nos libra.
Es por eso que el cristiano necesita saber que Jesús fue crucificado por amor a nosotros y, por su sangre preciosa podemos entrar en la presencia de Dios, pues antes estábamos alejados, separados de Él, pero ahora hemos sido hechos cercanos por la sangre de Cristo (Efesios 2:13). Por lo tanto, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. (Hebreos 9:23-28).
En los pocos años (quince) de ser bautizado y haber nacido de nuevo, he tenido un proceso de madurez que ha permitido entender la verdadera lucha espiritual que todo cristiano enfrenta en su vida. Desde luego que el proceso es difícil; en ocasiones lleno de éxitos y decepciones que ayudan a madurar y crecer como hijo de Dios. Cuando el creyente entiende el combate que enfrenta y el enemigo a vencer; los esfuerzos y carácter se enfocan en esta lucha espiritual.
El Apóstol Pablo lo explica de manera más clara: «Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes Efesios 6:12». Desde luego hay lucha espiritual y otras que no necesariamente tengan que ver con guerra espiritual. Sin embargo, el principal problema para el creyente se centra en la guerra espiritual que menciona Pablo en estos versículos.
En las escrituras se menciona la armadura de Dios para el soldado cristiano que es útil para luchar contra las asechanzas del diablo. Pero, cómo luchar sino tienes la armadura, y contra quién luchar sino has identificado al enemigo principal de nuestras vidas. Pues bien, en este artículo conoceremos la armadura del soldado cristiano que le ayudan ha obtener la victoria contra su enemigo (1ª Pedro 5:8) Aunque no se pretende establecer como una regla, mucho menos decir que es la única forma que tiene el cristiano para luchar contra el enemigo, solamente es una interpretación sencilla de lo que el Apóstol menciona en estos pasajes.
El cristiano tiene que estar lleno del Espíritu Santo v.10.
«Por lo demás, hermanos míos fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza v.10». En este versículo, el Apóstol Pablo, no da pie para creer que es posible derrotar al enemigo utilizando otro poder que no sea; el poder que tiene el nombre y la sangre de Jesucristo, todo en el nombre se sujeta (Lucas 10:17-19). Entonces el creyente debe buscar la llenura del Espíritu Santo, pero no como un fin, sino como el medio que Dios ha provisto al cristiano para: vencer la carne, madurar, crecer, y derrotar al Diablo. En otras palabras el Espíritu Santo da fortaleza al cristiano, lo llena de poder y lo guía para tomar mejores decisiones, es decir, el poder del soldado cristiano recae en el Espíritu Santo.
El cristiano debe conocer al enemigo.
En cualquier combate el soldado necesita saber la capacidad de su enemigo; las armas que usa, el entrenamiento que tiene y la estrategia. En las epístolas del Apóstol Pablo vemos que con frecuencia utiliza la figura del ejército para explicar disciplina, obediencia y autoridad. Es decir, el cristiano debe ser un tipo de soldado que lucha obedeciendo a su comandante en jefe, Jesucristo.
El diablo tiene un mapa completo del hombre, él lo conoce perfectamente y sabe las áreas que necesita atacar para destruirlo. Las áreas pueden ser un mal hábito, un mal comportamiento o un pecado no confesado. Por eso el cristiano necesita quitar de su vida las áreas débiles que tiene, pues estas serán armas legales que usara el diablo para destruirte.
Sin embargo, Pablo habla que las armas del soldado cristiano no son carnales «porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas… (1ª Corintios 10:4)» Pues la guerra que enfrenta el cristiano es: «…contra los principados, las potestades, los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes v.12». Debemos entender entonces que Satanás está organizado de tal forma que hay demonios que gobiernan: un país, un estado, una ciudad, una región, un pueblo, y a las personas. Evidentemente la lucha eterna tiene que ver entre Dios y Satanás.
Isaías dirigiéndose el rey de Babilonia (se refiere a Satanás) en el capítulo 14:12-14 « ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo: en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en los montes del testimonio me sentaré, a los lados del norte: sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo».
Ezequiel comparando a Satanás con el rey de Tiro (28:12-19) «Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad».
Entonces el cristiano queda en medio de la lucha eterna y aunque la lucha no es visible, Dios a dado la autoridad y potestad sobre toda fuerza del enemigo y nada nos dañara (Lucas 10:19). La lucha es fuerte y hasta el final, es invisible y espiritual, sin embargo el Señor Jesucristo envía la ayuda cuando nos disponemos a enfrentar al enemigo a través de la oración. Por tanto, el Señor Jesús nos llama a vestir toda la armadura de Dios para que podamos estar firmes para la batalla, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones (2 Corintios 2:11).
El soldado cristiano debe ceñir sus lomos con la verdad v.14.
‘Ceñid vuestros lomos con la verdad’ quiere decir prepárese para la acción (Éxodo 12:11). Se refiere a ‘estar vestidos y listos’ (Lucas 12:35). Una vez que el cristiano ha sido alcanzado por el evangelio y ha obtenido la salvación, es necesario que ciña su espalda con la VERDAD de la Palabra de Dios «Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres Juan 8:32». Pues le ayuda a estar firme, no ser engañado, soportar la prueba cuando eres cuestionado sobre tu fe (1ª Pedro 3:15). Conocer la VERDAD le permite identificar las falsas doctrinas, los maestros falsos, las mentiras del diablo. El tener ceñidos los lomos nos da el fundamento sobre el cual edificar la fe y desarrollar el testimonio. Es por tanto, tener conocimiento de las Escrituras, pero sobre todo saber que la VERDAD es Cristo, la VERDAD es el evangelio. El cristiano que anda en mentira le impide tener la buena relación con Jesucristo, pues la verdad es la base en la victoria del creyente (Efesios 5:9).
El soldado cristiano debe vestirse con la coraza de justicia v.14.
Una de las obligaciones para el creyente es la justicia, pues es símbolo de santidad de vida y rectitud (está sobre el corazón y los órganos vitales). La ‘coraza de justicia’ nos ayuda a tener siempre al Espíritu Santo con nosotros, protegiéndonos el corazón y el alma. Es una característica de Dios, la cual debe poseer el creyente como fruto de la obra que Dios a hecho en su vida Filipenses 1:11 dice: «llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios». Por lo tanto el cristiano debe mostrar ante los demás la obra de Dios en su vida (1ª Corintios 8:21), puesto que Satanás no podrá penetrar la coraza de justicia siempre que nosotros vivimos con la Palabra y el testimonio.
El soldado cristiano debe calzar los pies con el apresto del evangelio de la paz v.15.
En primer lugar, el calzado simboliza firmeza espiritual. El cristiano está mandado a ‘estar firme’ es decir, tener seguridad. Este calzado especial del soldado romano, está diseñado con ganchos para lograr eso mismo, para que el cristiano no caiga. También se presenta como alguien que está listo para llevar el mensaje del evangelio. Calzados los pies con el apresto de la paz quiere decir que el creyente debe estar siempre preparado para llevar el evangelio de Cristo a las personas, el cual es paz. Jesucristo dijo: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo (Juan 14:27).
Es interesante ver como en medio de la lucha y la batalla, se espera que el cristiano tenga y lleve las buenas nuevas de paz a otros. Esto es agradable ante Dios. Isaías 52:7 dice: « ! Cuan hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas de bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: Tu Dios reina!»
El soldado cristiano debe tomar el escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno v.16.
La fe es el arma de defensa del creyente, sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). El escudo nos cuida de los dardos de fuego del maligno (duda, mentira, tentaciones, falta de fe, temor, angustia, culpabilidad, desánimo, desconfianza, inseguridad, etc.) y se forma cuando crees que lo que dice Dios es verdad. La fe cubre por completo al creyente de los pies a la cabeza y permite que los dardos de fuego del maligno reboten sin hacer algún daño en la vida del creyente.
La fe es la confianza inquebrantable en el amor, el poder y salvación de Jesucristo. El poder del escudo de la fe es tan importante que a pesar de atravesar diferentes circunstancias; pruebas, sufrimientos, aflicciones y persecuciones bajo la dirección de Dios, el escudo permanece. Es confiar que el Señor nos protege y ampara y que jamás nos decepciona; pues es la certeza y convicción que, en quién hemos creído es fiel. Abram pudo decir: «He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. Y Dios le respondió: «No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande» (Génesis 14:22; 15:1).
Cuando los dardos del maligno penetran en el corazón del creyente y lancen en él como fuego ardiente; la duda y la angustia, es porque olvidó tomar el escudo de la fe. «Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo» (Pedro 5:9).
El soldado cristiano debe tomar el yelmo de la salvación v.17
El ‘yelmo de la salvación’ (casco) cubre la cabeza; protege nuestro razonamiento, intelecto y pensamientos. Pablo está hablando a los creyentes para que no dejen que el diablo ponga dudas en su cabeza acerca de su salvación y pensamientos perversos que lo alejen del Señor, pues muchas de las batallas del cristiano son libradas en la mente. «Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo (1ª Tesalonicenses 5:8)». En medio de una guerra espiritual el cristiano debe de tener la seguridad de su salvación, pues en tiempos difíciles es fácil dudar de nuestra salvación y podemos a llegar a creer que no somos salvos.
El soldado cristiano debe tomar la espada del Espíritu v.17.
Mientras que la fe es el arma de defensa para el creyente, la ‘espada del Espíritu’ es el arma ofensiva del cristiano. Nuestra arma ofensiva es pues la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, y no hay otra cosa que el enemigo tema más. «¿No es mi palabra como fuego dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra Jeremías 23:29». «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón Hebreos 4:12».
Jesucristo cuando estuvo en el desierto por cuarenta días fue tentado por Satanás, pero Él uso la Palabra como defensa para derrotarlo «El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios Mateo 4:4» Por tanto, es necesario que el cristiano conozca la palabra de Dios para que pueda atacar al enemigo, sepa usar la verdad de la Palabra para derrocar las fortalezas del diablo. Pues a través de todas las Escrituras, encontramos ejemplos de cómo los creyentes manejaron la Palabra, igualmente el cristiano tiene que conocer y estudiar la Biblia para que pueda tener la espada del Espíritu.
El soldado cristiano debe orar y velar persistiendo en todo tiempo v.18.
En la lucha espiritual se confronta con las tinieblas y el gobierno de Satanás, es por eso que necesitas usar el poder de Dios por medio de la oración ferviente y poderosa contra las fuerzas del diablo que se mueven en las regiones celestes. Daniel recibió la visión y pudo entender que Dios estaba con él cuando se dispuso a orar, eso quiere decir que el enfrentamiento es real, pero invisible y en un nivel espiritual elevado.
«Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que depusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Más el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días: pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia (Daniel 10:12-21)».
Esto es delicado pues la lucha es fuerte, sin embargo el Dios Todopoderoso pelea por nosotros y Él es quien obtiene la victoria, pues en realidad luchamos contra alguien derrotado por Jesucristo en el madero «Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz Colosenses 2:14-15» Pero a través de la oración persistente las fuerzas espirituales de maldad empiezan a debilitarse, las destruye y las deja sin poder de influencia en la región donde opera y en la vida del cristiano.
Por lo tanto, la oración constante es el recurso espiritual en el cual el creyente puede fortalecerse espiritualmente, pues la oración debe estar presente antes, durante y después de la batalla. Finalmente velando con perseverancia y suplica, pues la vigilancia es muy importante en la vida del soldado cristiano ya que no podrá ser sorprendido y destruido fácilmente sino que sabrá identificar los planes del enemigo y podrá levantarse en ofensiva para contra-atacar.
En conclusión, el Señor Jesucristo nos llama a vestir toda la armadura en todo tiempo, pues es la única manera que podemos resistir los dardos de fuego del maligno, pero también nos ayuda a estar seguros. La armadura del soldado cristiano es el recurso del creyente para el combate espiritual que enfrenta contra el gobierno de Satanás. Sin embargo, esto no debe causar temor, todo lo contrario debes gozarte pues nuestro galardón es más grande en los cielos, mientras tanto debemos seguir combatiendo el poder de las tinieblas y habiendo acabado todo estar firmes.
Este video ilustra la armadura de Dios para el soldado cristiano
1 Pedro 1:13-21 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
Apocalipsis 1:5 5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre