En los pocos años (quince) de ser bautizado y haber nacido de nuevo, he tenido un proceso de madurez que ha permitido entender la verdadera lucha espiritual que todo cristiano enfrenta en su vida. Desde luego que el proceso es difícil; en ocasiones lleno de éxitos y decepciones que ayudan a madurar y crecer como hijo de Dios. Cuando el creyente entiende el combate que enfrenta y el enemigo a vencer; los esfuerzos y carácter se enfocan en esta lucha espiritual.
El Apóstol Pablo lo explica de manera más clara: «Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes Efesios 6:12». Desde luego hay lucha espiritual y otras que no necesariamente tengan que ver con guerra espiritual. Sin embargo, el principal problema para el creyente se centra en la guerra espiritual que menciona Pablo en estos versículos.
En las escrituras se menciona la armadura de Dios para el soldado cristiano que es útil para luchar contra las asechanzas del diablo. Pero, cómo luchar sino tienes la armadura, y contra quién luchar sino has identificado al enemigo principal de nuestras vidas. Pues bien, en este artículo conoceremos la armadura del soldado cristiano que le ayudan ha obtener la victoria contra su enemigo (1ª Pedro 5:8) Aunque no se pretende establecer como una regla, mucho menos decir que es la única forma que tiene el cristiano para luchar contra el enemigo, solamente es una interpretación sencilla de lo que el Apóstol menciona en estos pasajes.
El cristiano tiene que estar lleno del Espíritu Santo v.10.
«Por lo demás, hermanos míos fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza v.10». En este versículo, el Apóstol Pablo, no da pie para creer que es posible derrotar al enemigo utilizando otro poder que no sea; el poder que tiene el nombre y la sangre de Jesucristo, todo en el nombre se sujeta (Lucas 10:17-19). Entonces el creyente debe buscar la llenura del Espíritu Santo, pero no como un fin, sino como el medio que Dios ha provisto al cristiano para: vencer la carne, madurar, crecer, y derrotar al Diablo. En otras palabras el Espíritu Santo da fortaleza al cristiano, lo llena de poder y lo guía para tomar mejores decisiones, es decir, el poder del soldado cristiano recae en el Espíritu Santo.
El cristiano debe conocer al enemigo.
En cualquier combate el soldado necesita saber la capacidad de su enemigo; las armas que usa, el entrenamiento que tiene y la estrategia. En las epístolas del Apóstol Pablo vemos que con frecuencia utiliza la figura del ejército para explicar disciplina, obediencia y autoridad. Es decir, el cristiano debe ser un tipo de soldado que lucha obedeciendo a su comandante en jefe, Jesucristo.
El diablo tiene un mapa completo del hombre, él lo conoce perfectamente y sabe las áreas que necesita atacar para destruirlo. Las áreas pueden ser un mal hábito, un mal comportamiento o un pecado no confesado. Por eso el cristiano necesita quitar de su vida las áreas débiles que tiene, pues estas serán armas legales que usara el diablo para destruirte.
Sin embargo, Pablo habla que las armas del soldado cristiano no son carnales «porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas… (1ª Corintios 10:4)» Pues la guerra que enfrenta el cristiano es: «…contra los principados, las potestades, los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes v.12». Debemos entender entonces que Satanás está organizado de tal forma que hay demonios que gobiernan: un país, un estado, una ciudad, una región, un pueblo, y a las personas. Evidentemente la lucha eterna tiene que ver entre Dios y Satanás.
Isaías dirigiéndose el rey de Babilonia (se refiere a Satanás) en el capítulo 14:12-14 « ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo: en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en los montes del testimonio me sentaré, a los lados del norte: sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo».
Ezequiel comparando a Satanás con el rey de Tiro (28:12-19) «Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad».
Entonces el cristiano queda en medio de la lucha eterna y aunque la lucha no es visible, Dios a dado la autoridad y potestad sobre toda fuerza del enemigo y nada nos dañara (Lucas 10:19). La lucha es fuerte y hasta el final, es invisible y espiritual, sin embargo el Señor Jesucristo envía la ayuda cuando nos disponemos a enfrentar al enemigo a través de la oración. Por tanto, el Señor Jesús nos llama a vestir toda la armadura de Dios para que podamos estar firmes para la batalla, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones (2 Corintios 2:11).
El soldado cristiano debe ceñir sus lomos con la verdad v.14.
‘Ceñid vuestros lomos con la verdad’ quiere decir prepárese para la acción (Éxodo 12:11). Se refiere a ‘estar vestidos y listos’ (Lucas 12:35). Una vez que el cristiano ha sido alcanzado por el evangelio y ha obtenido la salvación, es necesario que ciña su espalda con la VERDAD de la Palabra de Dios «Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres Juan 8:32». Pues le ayuda a estar firme, no ser engañado, soportar la prueba cuando eres cuestionado sobre tu fe (1ª Pedro 3:15). Conocer la VERDAD le permite identificar las falsas doctrinas, los maestros falsos, las mentiras del diablo. El tener ceñidos los lomos nos da el fundamento sobre el cual edificar la fe y desarrollar el testimonio. Es por tanto, tener conocimiento de las Escrituras, pero sobre todo saber que la VERDAD es Cristo, la VERDAD es el evangelio. El cristiano que anda en mentira le impide tener la buena relación con Jesucristo, pues la verdad es la base en la victoria del creyente (Efesios 5:9).
El soldado cristiano debe vestirse con la coraza de justicia v.14.
Una de las obligaciones para el creyente es la justicia, pues es símbolo de santidad de vida y rectitud (está sobre el corazón y los órganos vitales). La ‘coraza de justicia’ nos ayuda a tener siempre al Espíritu Santo con nosotros, protegiéndonos el corazón y el alma. Es una característica de Dios, la cual debe poseer el creyente como fruto de la obra que Dios a hecho en su vida Filipenses 1:11 dice: «llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios». Por lo tanto el cristiano debe mostrar ante los demás la obra de Dios en su vida (1ª Corintios 8:21), puesto que Satanás no podrá penetrar la coraza de justicia siempre que nosotros vivimos con la Palabra y el testimonio.
El soldado cristiano debe calzar los pies con el apresto del evangelio de la paz v.15.
En primer lugar, el calzado simboliza firmeza espiritual. El cristiano está mandado a ‘estar firme’ es decir, tener seguridad. Este calzado especial del soldado romano, está diseñado con ganchos para lograr eso mismo, para que el cristiano no caiga. También se presenta como alguien que está listo para llevar el mensaje del evangelio. Calzados los pies con el apresto de la paz quiere decir que el creyente debe estar siempre preparado para llevar el evangelio de Cristo a las personas, el cual es paz. Jesucristo dijo: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo (Juan 14:27).
Es interesante ver como en medio de la lucha y la batalla, se espera que el cristiano tenga y lleve las buenas nuevas de paz a otros. Esto es agradable ante Dios. Isaías 52:7 dice: « ! Cuan hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas de bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: Tu Dios reina!»
El soldado cristiano debe tomar el escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno v.16.
La fe es el arma de defensa del creyente, sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). El escudo nos cuida de los dardos de fuego del maligno (duda, mentira, tentaciones, falta de fe, temor, angustia, culpabilidad, desánimo, desconfianza, inseguridad, etc.) y se forma cuando crees que lo que dice Dios es verdad. La fe cubre por completo al creyente de los pies a la cabeza y permite que los dardos de fuego del maligno reboten sin hacer algún daño en la vida del creyente.
La fe es la confianza inquebrantable en el amor, el poder y salvación de Jesucristo. El poder del escudo de la fe es tan importante que a pesar de atravesar diferentes circunstancias; pruebas, sufrimientos, aflicciones y persecuciones bajo la dirección de Dios, el escudo permanece. Es confiar que el Señor nos protege y ampara y que jamás nos decepciona; pues es la certeza y convicción que, en quién hemos creído es fiel. Abram pudo decir: «He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. Y Dios le respondió: «No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande» (Génesis 14:22; 15:1).
Cuando los dardos del maligno penetran en el corazón del creyente y lancen en él como fuego ardiente; la duda y la angustia, es porque olvidó tomar el escudo de la fe. «Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo» (Pedro 5:9).
El soldado cristiano debe tomar el yelmo de la salvación v.17
El ‘yelmo de la salvación’ (casco) cubre la cabeza; protege nuestro razonamiento, intelecto y pensamientos. Pablo está hablando a los creyentes para que no dejen que el diablo ponga dudas en su cabeza acerca de su salvación y pensamientos perversos que lo alejen del Señor, pues muchas de las batallas del cristiano son libradas en la mente. «Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo (1ª Tesalonicenses 5:8)». En medio de una guerra espiritual el cristiano debe de tener la seguridad de su salvación, pues en tiempos difíciles es fácil dudar de nuestra salvación y podemos a llegar a creer que no somos salvos.
El soldado cristiano debe tomar la espada del Espíritu v.17.
Mientras que la fe es el arma de defensa para el creyente, la ‘espada del Espíritu’ es el arma ofensiva del cristiano. Nuestra arma ofensiva es pues la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, y no hay otra cosa que el enemigo tema más. «¿No es mi palabra como fuego dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra Jeremías 23:29». «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón Hebreos 4:12».
Jesucristo cuando estuvo en el desierto por cuarenta días fue tentado por Satanás, pero Él uso la Palabra como defensa para derrotarlo «El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios Mateo 4:4» Por tanto, es necesario que el cristiano conozca la palabra de Dios para que pueda atacar al enemigo, sepa usar la verdad de la Palabra para derrocar las fortalezas del diablo. Pues a través de todas las Escrituras, encontramos ejemplos de cómo los creyentes manejaron la Palabra, igualmente el cristiano tiene que conocer y estudiar la Biblia para que pueda tener la espada del Espíritu.
El soldado cristiano debe orar y velar persistiendo en todo tiempo v.18.
En la lucha espiritual se confronta con las tinieblas y el gobierno de Satanás, es por eso que necesitas usar el poder de Dios por medio de la oración ferviente y poderosa contra las fuerzas del diablo que se mueven en las regiones celestes. Daniel recibió la visión y pudo entender que Dios estaba con él cuando se dispuso a orar, eso quiere decir que el enfrentamiento es real, pero invisible y en un nivel espiritual elevado.
«Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que depusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Más el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días: pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia (Daniel 10:12-21)».
Esto es delicado pues la lucha es fuerte, sin embargo el Dios Todopoderoso pelea por nosotros y Él es quien obtiene la victoria, pues en realidad luchamos contra alguien derrotado por Jesucristo en el madero «Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz Colosenses 2:14-15» Pero a través de la oración persistente las fuerzas espirituales de maldad empiezan a debilitarse, las destruye y las deja sin poder de influencia en la región donde opera y en la vida del cristiano.
Por lo tanto, la oración constante es el recurso espiritual en el cual el creyente puede fortalecerse espiritualmente, pues la oración debe estar presente antes, durante y después de la batalla. Finalmente velando con perseverancia y suplica, pues la vigilancia es muy importante en la vida del soldado cristiano ya que no podrá ser sorprendido y destruido fácilmente sino que sabrá identificar los planes del enemigo y podrá levantarse en ofensiva para contra-atacar.
En conclusión, el Señor Jesucristo nos llama a vestir toda la armadura en todo tiempo, pues es la única manera que podemos resistir los dardos de fuego del maligno, pero también nos ayuda a estar seguros. La armadura del soldado cristiano es el recurso del creyente para el combate espiritual que enfrenta contra el gobierno de Satanás. Sin embargo, esto no debe causar temor, todo lo contrario debes gozarte pues nuestro galardón es más grande en los cielos, mientras tanto debemos seguir combatiendo el poder de las tinieblas y habiendo acabado todo estar firmes.
Este video ilustra la armadura de Dios para el soldado cristiano
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