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martes, 20 de diciembre de 2011

DAVID DIAMOND - METAFÍSICOS Y LA CONFESIÓN POSITIVA


Uploaded by on Dec 13, 2011

LOS DECRETOS APOSTÓLICOS
El Movimiento Apostólico y Profético enseña que el diablo ha dichos decretos de maldición sobre el pueblo y que nosotros como somos hijos de un Rey necesitamos rechazar esos decretos con nuestros propios decretos.

Quiero aclarar, que muchas veces las personas caen en estos errores no lo hacen por ser malas personas. Sino porque se dejan llevar por lo que otros dicen, y como tiene algo de verdad, y como tiene lógica, lo enseñan así a otras personas. En ningún momento, yo digo que las personas que siguen este movimiento sean malas personas. Mi gran preocupación esta en que la doctrina no sea Bíblica y que prediquemos algo que es de un hombre. Esta preocupación no la tengo sólo con este movimiento, sino con toda religión que se salga de la Santa Palabra.

Aprendamos sobre la Palabra Decreto

Esta es una palabra usada en el sentido legal o de leyes. Los reyes o gobernantes de la tierra emiten decretos.

Diccionarios.com define la palabra decreto de la siguiente manera:

Resolución o decisión que toma una persona o un organismo con autoridad para ello.

En la Biblia, encontramos decretos de Dios y de hombre.

Deuteronomio 6:1

1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla;

LOS DECRETOS DE DIOS Y LOS DEL HOMBRE

Hay una gran diferencia entre los decretos de un Rey y de un Gobierno.

Cuando el Gobierno pasa un decreto, este puede ser cambiado o modificado de acuerdo al mismo Gobierno o a las presiones políticas del pueblo.

Cuando un Rey daba un decreto este no podía ser cambiado ni siquiera por el mismo rey.

Daniel 6:14-15

14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. 15 Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.

Cuando el Rey Darío se dio cuenta de que le habían puesto una trampa para hacerle daño a Daniel, el quizo cambiar el edicto, pero no pudo, porque una vez que el Rey decía el Edicto y lo sellaba con su anillo, este no se podía modificar o eliminar.

He aquí en una forma simple la razón por la cual nosotros no podemos ponernos a decretar.

Dios es un Rey, no un gobierno electo por voto popular. Y no sólo es un Rey, es nuestro Rey. Y su Palabra no pasará, aunque tierra y cielo pase, su Palabra permanecerá por siempre.

Si nosotros nos ponemos a dar decretos, estos no son permanentes, porque ahora decimos una cosa y luego otra.

Lo que nosotros hacemos es DECLARAR sus decretos. Pero eso no lo hacen solo los Apóstoles, o los Pastores, sino todo cristiano lavado por la Sangre del Cordero de Dios a quienes se les ha dado autoridad de ser hijos de Dios.

Por lo tanto, cuando el diablo dice sus mentiras, lo que yo tengo que hacer es declarar la Palabra de Dios pero no diciendo "Yo Decreto" porque yo no soy el Rey, Dios es el Rey, yo soy el hijo del Rey, y si el me llama a mi Rey y me llama a mi Sacerdote, es porque yo si soy Rey y si soy Sacerdote, pero sometido bajo el Rey de reyes y el Supremo Sacerdote quien es Cristo Jesús. El poder no es mío, el poder y la gloria es solo de El. Por eso yo bendigo, pero en el nombre de Jesús, por eso yo predico, pero no mi palabra, sino la Palabra bajo el nombre de Jesús. Yo solo repito lo que ya Él dijo, soy su vocero, un simple mensajero del Rey.

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