25 razones para leer la Biblia (San Juan 5:39)

Escrito por: Carlos Carrillo

¿Para qué leer la Biblia? Es la pregunta que intentaremos responder con la Biblia. Pues en realidad el propósito es resaltar la importancia que tiene para el cristiano: guardar, meditar, hablar, estudiar, enseñar, predicar, conocer, aprender, entender e interpretar en el contexto correcto las Escrituras. Oseas 4:6 menciona que: «Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…»

Entonces a continuación mencionaremos 25 razones para leer la Biblia:

1) Para conocer a Jesucristo. Escudriñad las Escrituras: porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí (Juan 5:39).

2) Para resistir y derrotar al Diablo. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios v.4. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios v.7. Entonces Jesús le dijo: Vete Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás v.10. (Mateo 4:4;4:7;4:10).

3) Para enseñar a otros la Escritura: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. (2ª Timoteo 3:16-17).

4) Para aumentar nuestra fe: Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Romanos 10:17).

5) Para limpiar nuestros pecados : Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Juan 15:3).

6) Para encontrar paz y gozo: Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo (Salmos 119:165). Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isaías 23:6). Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos (Jeremías 15:16).

7) Para guiarnos en las decisiones: Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino (Salmo 119:105).

8) Para prosperar nuestra vida: Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. 9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Josué 1:8-9).

9) Para aborrecer la mentira: El justo aborrece la palabra de mentira: Mas el impío se hace odioso e infame (Proverbios 13:5).

10) Para conocer la verdad: y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:32).

11) Para adquirir conocimiento y sabiduría: El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia (Proverbios 9:10).

12) Para tener la Palabra de Dios: Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (Efesios 6:17).

13) Para predicar la Palabra eficazmente: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4:12).

14) Para defenderte: sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros… (1ª Pedro 3:15).

15) Para recibir libertad del pecado: Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:2).

16) Para conocer al único Salvador: Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4:12).

17) Para moldear nuestro carácter: Más el fruto del Espíritu es amor; gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley (Gálatas 65:22-23).

18) Para no ser engañados: Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo (Colosense 2:8).

19) Para predicar la Palabra con sabiduría y poder de Dios: y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra no este fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios (1ª Corintios 2:4-5).

20) Para ejercer el ministerio: Po lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios (2ª Corintios 4:1-2).

21) Para ser edificados: edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo (Efesios 2:20).

22) Para recibir crecimiento: Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor (1ª Pedro 2:1-3).

23) Para ejercitar los dones Espirituales: Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho (1ª Corintios 12:4-7).

24) Para pelear la buena batalla: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida (2ª Timoteo 4:7).

25) Para confiar en la venida del Señor: El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí ven. Señor Jesús (Apocalipsis 22:20).

Fuente:
Reina-Valera. (1960). Santa Biblia. España: Sociedades Biblicas Unidas.