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lunes, 24 de agosto de 2009

¡Aviso Urgente! Influenza espiritual A6H6N6 en la Iglesia contemporánea

Escrito por: Carlos Carrillo

Seguramente recordarás la contingencia sanitaria que vivimos en los meses anteriores a causa de la influenza AH1N1. Las medidas que las autoridades tomaron para evitar un contagio masivo en la población y los costos generados por estas medidas. De acuerdo con los últimos reportes hay más de once mil personas infectadas en el mundo con este virus mortal, y aumentado. Las autoridades sanitarias trabajan para encontrar la cura que evite una pandemia mundial. Se cree que es posible nuevos brotes de infectados para el invierno, lo que puede provocar un problema sanitario a gran escala. Y aunque la contingencia fue quitada, todavía sigue la alerta por el virus de la influenza.

El virus de la influenza es tan peligroso y mortal, como el virus de la Influenza espiritual A6H6N6 que padece actualmente la iglesia. La influenza espiritual tipo A (Apostasía), H (Humanismo), N (Naturalismo), y 666 (Marca de la bestia).

La iglesia – a mi juicio – está pasando una de sus peores crisis que ha enfrentado. Pues ahora el problema es de adentro hacia afuera, es decir, el problema está dentro de la misma iglesia. Pues existen lideres que predican de cualquier cosa menos a Jesucristo como Señor y Salvador; líderes que enseñan que la Biblia no es suficiente para madurar y crecer a imagen de Cristo; líderes que causan divisiones para desarrollar su “ministerio” engañando a las personas; líderes que manipulan al pueblo con mentiras, torciendo la Palabra y distorsionando la verdad del evangelio; líderes codiciosos que buscan los placeres personales y las ganancias deshonestas vaciando los bolsillos del pueblo; líderes que quieren ser el centro de todo y dejan a Jesucristo ‘escondido’ para llevarse ellos la gloria; líderes vanagloriosos que manipulan al pueblo con tonterías y luego aseguran que es la unción del Espíritu Santo, mintiendo; líderes que se parecen más al mundo y luego el cristiano queda confundido al ver al “siervo de dios” haciendo cualquier cantidad de boberías; líderes egocéntricos que buscan reconocimiento y fama personal, sin importar que el nombre de Jesucristo sea blasfemado; líderes que predican más de sí mismos; de logros personales, de éxitos alcanzados, que la verdad de la Palabra de Dios y la salvación.

Influenza espiritual

La influenza espiritual que me refiero no busca emitir un juicio, sino es una advertencia ante lo que a la luz de las Escrituras es diametralmente incorrecto. La influenza espiritual es todo aquello que se ha permitido entrar a la iglesia y que la ha llevado a la situación que hoy se encuentra. Pero, ¿Qué se ha permitido entrar a la Iglesia?:

Primero, se ha quitado a Jesucristo como el centro de todo, y se ha puesto la capacidad personal para lograr los propósitos, te suena familiar las frases: “eres un campeón” “piensa positivamente” “desarrolla tus capacidades” “declara y resivelo” no hay nada de malo en esto, el problema radica cuando dejas al Señor y buscas luchar con tus propias fuerzas y crees que eres tan capaz para derrotar al diablo desarrollando capacidades.

Segundo, se ha deja de predicar a Jesucristo como Señor y Salvador, y ahora se predica; de la prosperidad económica, de psicología cristiana, de las habilidades personales, de la risa santa como “nueva manifestación” del Espíritu Santo (o será espíritu santo, en minúsculas), y de cualquier cantidad de filosofías huecas que nada tienen que ver con el arrepentimiento genuino y el perdón de pecados de las personas.

Tercero, se ha permitido hacer una mezcla entre el mundo y la iglesia, al grado que, en muchos de los casos, la Iglesia se parece más al mundo y se demuestra en su conducta; en la música que escucha, en la enseñanza que se imparte, en la predicación de muchos de sus líderes y en el tipo de liderazgo de muchos de sus dirigentes. No estoy hablando de manera fatalista, ni estoy siendo pésimo a la situación, simplemente estoy tratando de ser objetivo, pues tal parece que es un secreto de dominio público. Es pues la influenza espiritual un virus mortal que la iglesia padece, para la cual, la única cura es Jesucristo.

A6H6N6

A (Apostasía)
La apostasía ya alcanzo a la iglesia pues ha ido introduciéndose de tal forma que lo que en el pasado se consideraba bíblicamente incorrecto, hoy se permite al grado que hasta se promueve. «Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostataran de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrina de demonios 1ª Timoteo 4:1». Pero, qué es «apostasía» es términos sencillos es: apartarse de la fe, es el acto por el cual una persona que ha profesado creer en Cristo rechaza de manera deliberada la verdad revelada en las Escrituras.

Apostatar de la fe, es consecuencia de las concupiscencias personales, del descarrío de la fe, del abandono de la doctrina bíblica y del cumplimiento de los juicios de Dios. El apóstol Pablo hablando a Timoteo menciona que los apostatas aunque profesan la fe, es decir, se dicen ser cristianos pero se apartan de la fe trayendo a su vida decadencia espiritual «Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas» (2ª Timoteo 4:3,4).

El apóstol Pedro es más claro al describir el comportamiento de los maestros apostatas y las consecuencias de su apostasía; «Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al Señor que los rescato, atrayendo para sí mismo destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. (2ª Pedro 2:1-3; 2:12-16)»

Sin embargo, el creyente debe tener claro que para la apostasía los recursos que tiene son: tener fe inquebrantable en el Señor, buscar la llenura del Espíritu Santo, escudriñar constantemente las Escrituras, esperar en la gracia que hemos recibido de Cristo, evitar cualquier contacto con aquellos que deliberadamente han apostatado de la fe, y finalmente esperar la recompensa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2ª Timoteo 1:1-13).

Ante todo esto, es decir, la apostasía. Surge la pregunta: ¿Cuándo el Señor venga, hallará fe en la tierra? ¿La gente realmente estará esperando el regreso del Señor? o ¿será objeto de incredulidad? Por lo cual, lo invito a que escrudiñes a las luz de las Escrituras, pues este virus a incrementado su contagio entre el pueblo sin lograrse hasta ahora su antídoto.

EN CONTRUCCIÓN...

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