Cambiar Idioma

viernes, 20 de marzo de 2009

Guerra contra Amalec [Shemot / Éxodo 17:8-16]

Amalec era el pueblo que odia a Israel sin razón. Es el pueblo que cuando Israel salió de Egipto mataba a los débiles que iban en la retaguardia. En Deuteronomio 25:17-18, dice: “17 Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; 18 de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de Dios”.

Por lo tanto Amalec es aquel que no teme a Dios, que no reconoce su majestad y potestad, que se siente capaz de contradecirlo, en condiciones de eliminar su presencia de la tierra, que pretende borrar del mapa a los judíos y lo judío, puesto que es la nación consagrada del Eterno. Es por eso que odia a los judíos, desea su desaparición completa porque odia a Dios y no quiere saber nada de Él.

Amalec representa la personificación de Satanás, era un pueblo sucio, carroñero. Odiaba al Dios de los hebreos y quería a toda costa desaparecer al pueblo de Israel que venia cansado y agotado de la esclavitud.

Pero hay tres elementos importantes que es necesario resaltar:

Uno de ellos y muy importante es la ORACIÓN (Éxodo 17:9-10) que como pueblo realizamos por nuestros líderes, pastores y ministros que dirigen nuestra iglesia. En tiempo de crisis la intercesión es el recurso único que Dios nos dio para luchar contra Amalec. Las manos alzadas era la constancia de orar lo que hacía que Israel prevaleciera.

El segundo tiene que ver con la GUERRA ESPIRITUAL (Efesios 6:12). Como cristianos es importante enfrentar a Amalec, es nuestro enemigo. Es decir, todos los frutos de la carne y el pecado están representados por este pueblo sucio que odia a la iglesia. Y en la lucha espiritual la oración es sumamente importante. Así como el pueblo de Israel peleo la batalla sin tener entrenamiento militar, ni estrategia, ni armas. De la misma manera nosotros debemos hacer nuestra parte luchando con la armadura de Dios que nos ayudará a ganar la batalla contra nuestro enemigo (Efesios 6:10-18).

Es un mandamiento de Dios NO REALIZAR ALIANZAS con Amalec (I Samuel 15:1-15), es como pretender hacerte amigo del diablo, es querer vivir una vida doble mitad cristiano-mitad mundano, imposible. La Biblia nos enseña que por ningún motivo hagamos alianzas con nuestro enemigo. Cuando se hacen alianzas con el mundo y el pecado viene el descenso del grado espiritual, al estado lamentable y al desprecio por todo lo constructivo, teniendo consecuencias terribles y lamentables.

La derrota de Amalec es desde la antigüedad y para siempre (Éxodo 17:16). Aquí es importante separar dos cosas. Primero, en el sentido de Israel como nación, Dios promete desaparecer a todos los amalecitas. Pero ¿quiénes son los amalecitas? son todos aquellos con visiones (Esther 3:13) antisemitas que odian a Israel como nación y que quieren verla destruida. Y la segunda tiene que ver con el hijo de Dios, pues nuestro enemigo quiere vernos destruidos. Pero la destrucción llegó primero para Amalec, pues nuestro Señor Jesucristo venció a nuestro enemigo en la cruz del calvario, derramando su sangre preciosa y destrozando el poder del diablo para siempre (Colosenses 2:14-15).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...